El cerebro, el teatro del mundo
Desde el inicio de los tiempos, el cerebro
ha sido objeto de fascinación por parte de muchas disciplinas debido a la capacidad
de este de construir la realidad. Rafael Yuste, a través de su obra, profundiza
el funcionamiento del sistema nervioso, especialmente del cerebro y las redes
neuronales, y el papel fundamental que desempeña en la percepción del mundo,
desafiando ideas clásicas. Mediante este ensayo se describirá, analizará y
explicará la propuesta del autor, la cual transforma la dinámica del ser humano
gracias al conocimiento que se tiene del cerebro.
Para comenzar, se describen las diferentes
partes que constituyen al responsable del mundo que existen dentro de nuestras
mentes, el sistema nervioso central. Partiendo del segmento superior, encontramos
al encéfalo, el cual está constituido por: el cerebro, responsable de coordinar
toda la información procedente de los órganos sensoriales y que se encuentra
envuelto de una corteza muy grande pero arrugada; los ganglios basales, se
encargar de controlar la actividad motora; el tálamo o medio de transporte de
la información entre los órganos receptores y el córtex; el hipotálamo,
encargado de las respuestas emocionales; el tronco del encéfalo, centra su
labor en la actividad basal o en mantenernos vivos en general; y el cerebelo,
involucrado en procesos de aprendizaje motor. Debajo de este segmento, se encuentra
la médula espinal que recibe información del cerebro para llevar a cabo movimientos
o comportamientos específicos
Conociendo la estructura del gestor de movimiento,
se puede explicar como surgen las diferentes conductas que tenemos a diario. Inicialmente,
se presentó la clásica doctrina neuronal, la cual explica como cada una de las
neuronas que conformar el SN tiene una función en concreto, ejemplificando, si
una persona mueve su mano hay determinadas neuronas independientes implicadas
en dicho movimiento. Sin embargo, con el paso del tiempo y nuevas
investigaciones surgió la teoría de las redes neuronales que define, primeramente,
como el movimiento de los diferentes órganos del cuerpo se da gracias a circuitos
redes de neuronales y también, como hay redes que trabajan en bucle, sin
necesidad de un estímulo exterior, como la respiración o el ritmo cardiaco
Para entender de mejor manera, como operan
estas redes neuronales, hay que partir de la génesis de la neurona y su funcionamiento.
Todo comienza con el proceso de neurulación, en el cual se desarrolla la médula
espinal y el cerebro a una velocidad increíble. De acuerdo con la información
genética del individuo, las neuronas durante este periodo se multiplican y se
ubican en posiciones específicas donde formarán circuitos con otras, y es cuestión
de tiempo que estas se perfeccionen en razón de la influencia social y las
experiencias. Cada neurona se comunica con otra a través de un proceso
electroquímico, donde la una recibe una señal (información sensorial) que produce
un cambio en su carga eléctrica, lo que genera un impulso nervioso (información
motora) que se transmite a otras neuronas, las cuales pondrán a los órganos a
trabajar. Se destaca también la existencia de neuronas inhibitorias, que
liberan neurotransmisores hacia neuronas receptoras para que no acojan el
impulso nervioso con un gran impacto, y las interneuronas, que actúan como intermediarias
entre las neuronas sensoriales y motoras
Ahora que se comprende cómo es que todo el
cuerpo humano se mantiene en funcionamiento a través de todas las cadenas y
redes neuronales, se puede hablar de cómo coincidencialmente la realidad que se
construye en la mente se ajusta de manera fiel a la realidad física. El autor discute
de dicha coincidencia a partir del supuesto de que el ser humano ‘’predice el
futuro’’, aunque en realidad hay una explicación bastante empírica de esto. Las
redes neuronales crean un modelo del mundo en el que el sujeto vive, posterior
a eso evoca recuerdos de la memoria y atiende los símbolos o el contexto actual,
para que el sujeto decida que conducta asumir. Tan poderosa es esta construcción
mental del mundo que, sin muchas veces darse cuenta, la gente segmenta el mundo
físico tomando como referencia el mental
Otra parte importante dentro de este mundo
construido por el individuo mismo, están las emociones. Es probable, que, a
primera instancia, estas no parezcan relevantes, pero hay que tener en cuenta
que las emociones no son sentimientos pasajeros, si no que juegan un papel
fundamental al momento de entender y percibir el mundo, y desde el punto de
vista del autor, a construirlo también. A nivel biológico, las emociones y su procesamiento
son un tanto complicadas e involucran muchas áreas del encéfalo, comenzando con
el tálamo que funciona como el conductor de la información sensorial, seguido
de la amígdala que detecta amenazas y emite respuestas inmediatas, luego está el
hipotálamo, que regula la respuesta fisiológica asociada a las emociones y el cerebelo
que coordina la respuesta motora
Finalmente, se recalca que es necesario
comprender que a pesar de lo perfecto que puede lucir el proceso de construcción
del encéfalo, las redes neuronales, etc., en general, el cerebro a veces comete
errores a causa de factores tan cognitivos, como la falta de atención, o tan
transitorios, como el cansancio por un día de trabajo pesado. Sin embargo, es importante
asimilar que estos errores no son necesariamente malos, de hecho, contribuyen a
la idea de seguir buscando una manera de perfeccionar la operacionalización del
mismo, y quien quita, como menciona el autor, en algún futuro uniendo el exorbitante
conocimiento de los expertos de muchas otras disciplinas, lograr entender casi
en su totalidad como funciona nuestro ‘’teatro del mundo’’ en beneficio de la
sociedad
En conclusión, Rafael Yuste propone una
explicación bastante científica de como los seres humanos construimos el mundo
real, a través del sistema nervioso, los órganos sensoriales y diversas
funciones cognitivas. Sin embargo, no deja de lado la parte humanista, como la
historia, en especial la curiosidad, ha contribuido al avance en conocimiento
con respecto al cerebro y las neuronas, y como esta nueva sociedad vanguardista
puede seguir contribuyendo, a no solo conocer una parte del funcionamiento del
encéfalo, si no de su todo.
Referencias
Yuste, R. (2024). El
cerebro, el teatro del mundo. PAIDÓS.