La Psicología como engaño
‘’La Psicología como engaño’’ es un libro
que relata como la influencia extranjera ha desatado una crisis de legitimidad
en la psicología de América Latina, resaltando la urgencia de que dicha
disciplina asuma una perspectiva crítica frente al impacto de los problemas estructurales
que son la raíz del malestar de los pueblos latinoamericanos, especialmente de
sus miembros. A continuación, se podrá ver como el autor desarrolla estos
planteamientos con el propósito de encaminar a la sociedad a una nueva
psicología, orientada hacia la transformación social.
Para comenzar, la psicología
latinoamericana no nace de sus pueblos, sino de regiones como Europa o
Norteamérica, de la cuales toma métodos y teorías que no responden a su
realidad social, política y cultural, más bien, asume un historicismo ajeno, en
un intento por encajar en lo que esta establecido como verdadero. Debido a
esto, la sociedad adoptó una psicología tradicional bajo la que vive
esclavizada y la cual determina que las problemáticas son individuales, nada
tienen que ver con problemas comunitarios, tales como la violencia, la pobreza
o la desigualdad. Dicha desconexión con la realidad social se puede
ejemplificar claramente con la situación de Colombia, país en cual, la
psicología ignoró la violencia política y el conflicto armado, lo que terminó por
desencadenar un profundo trauma colectivo que afectó a la salud mental de la
población en general. A pesar de eso, el autor no da a la psicología como
perdida, todo depende de que la sociedad se libere de la misma y establezca una
nueva que reconozca la interacción entre distintas áreas del conocimiento y la
realidad social, que priorice el bienestar de las personas y que construya un
entorno social justo basado en los derechos humanos
Para explicar de manera más detallada como
la psicología tradicional excluye la dimensión social al momento de analizar
conflictos individuales, se tomará como ejemplo Colombia, que es el contexto
desde el cual el autor desarrolla su obra. Originalmente, la psicología en
Colombia, como en muchos otros países, se ha visto influenciada por modelos
extranjeros, lo que llevó a los investigadores ha enfocarse en temáticas que no
responden a las necesidades locales, como lo es la violencia, la corrupción o
la inseguridad, lo cual ha traído consigo una limitación al desarrollo de la
disciplina y al mismo tiempo, que las personas no puedan aprovechar del impacto
positivo que esta pueda tener en sus vidas. Por otro lado, si bien existen
diversos grupos de investigación psicológica colombiana, la mayoría se
encuentran en asincronía con las problemáticas apremiantes de su propia región,
pues, a parte de que utilizan un modelo psicológico importado, no reciben un
apoyo financiero gubernamental para poder llevar a cabo diversas
investigaciones. Sin mencionar su metodología, la cual se centra en la cantidad
de investigación producida y no en la calidad, el impacto o la relevancia de
los temas investigados. En razón a esto, es necesario que instituciones de
investigación y profesionales orientados a este campo, reconsideren si los
temas que están investigando y la forma en la que están investigando, pueda
resultar en un giro a la dinámica social
Expandiendo un poco las fronteras
geográficas, es momento de destacar la importancia de que, a nivel general, la
psicología latinoamericana, asuma responsabilidades en favor del bienestar
social y la justicia, al momento de intervenir en conflictos sociales. Desde
una mirada más profunda, la psicología de América Latina debe comprometerse con:
el bienestar colectivo, trabajando desde enfoques que reconozcan y honren la
diversidad cultural; la autonomía de los pueblos, respetando a las diferentes
culturas, a los territorios y sus formas de vivir o estar bien; la
independencia de paradigmas extranjeros, cuestionando teorías y praxis
impuestas, sin considerar comunidades indígenas o dinámicas sociales; la
inclusión social, considerando grupos históricamente marginados por su forma de
ser, estar y convivir con los demás; la praxis de la teoría, estableciendo una
conexión entre la teoría y la práctica, con acciones que conduzcan a la
transformación social; la investigación interdisciplinaria, asumiendo un
enfoque integrador entre contextos socioculturales y fenómenos psicológicos; las
voces y los saberes comunitarios, escuchando las opiniones locales para
construir un nuevo conocimiento psicológico. De esta manera, es a partir de
dichos compromisos, que se podrá establecer un nuevo paradigma psicológico
ajustado al ser, a su autonomía, dignidad y realidad
Para poder establecer una nueva psicología,
que aborde las condiciones sociales de una comunidad, es imperioso partir de una
modificación en la formación académica de los psicólogos latinoamericanos. Como
se ha expuesto previamente en varios momentos, los psicólogos de este lado de
la región se han manejado bajo paradigmas foráneos, por lo que es necesario, se
replanteen su formación y la alineen con una ética comprometida con la
comunidad. Para esto, la nueva formación del profesional debe responder a una
serie de condiciones esenciales: Primero, debe ser crítica y reflexiva, de modo
que el psicólogo no asuma verdades, teorías o praxis establecidas; segundo, el
conocimiento debe estar vinculado con la práctica, pues sino se convierte en
simple palabrería; tercero, estar anclada a la dinámica local, tomando en
cuentan elementos culturales, sociales y económicos; cuarto, contar con un
código ético que comprometa a los psicólogos como promotores de los derechos
humanos y el bien común; y quinto, cimentarse a partir de experiencias,
creencias y problemas propio del pueblo
En última instancia, es importante señalar
que existen diversas dificultades para realizar los cambios en la formación de
los psicólogos que se mencionó a priori. Dichas complicaciones, se resumen en
el nivel de radicación de la psicología tradicional y la falta de recursos,
considerando que la mayoría de países latinoamericanos se encuentran en una
constante crisis económica. A pesar de eso, el autor propone que la
modificación educativa, puede partir de programas comunitarios pequeños o de la
concientización del panorama social en que vive cada individuo, los cuales
sirven como un primer paso para que la nueva psicología acoja un papel
significativo en la dinámica latina
Para concluir, América Latina vive bajo una
psicología moldeada por influencias extranjeras, que no le pertenece y que
ignora el panorama social. Dicho desconocimiento ha contribuido a una visión
reduccionista de los problemas humanos, la cual pone a un lado factores
externos. Sin embargo, el autor no ve la situación del todo perdida si, los
profesionales de este campo logran emanciparse de esta corriente tradicional y
crean una que tenga como objetivo la transformación social, sin importar lo
difícil que sea o los obstáculos que se interpongan.
Referencias
Barrero Cuellar, E.
(2017). La psicología como engaño. Ediciones Cátedra Libre.