domingo, 20 de abril de 2025

La Psicología como Engaño: ¿Adaptar o subvertir?

 La Psicología como engaño

‘’La Psicología como engaño’’ es un libro que relata como la influencia extranjera ha desatado una crisis de legitimidad en la psicología de América Latina, resaltando la urgencia de que dicha disciplina asuma una perspectiva crítica frente al impacto de los problemas estructurales que son la raíz del malestar de los pueblos latinoamericanos, especialmente de sus miembros. A continuación, se podrá ver como el autor desarrolla estos planteamientos con el propósito de encaminar a la sociedad a una nueva psicología, orientada hacia la transformación social.

Para comenzar, la psicología latinoamericana no nace de sus pueblos, sino de regiones como Europa o Norteamérica, de la cuales toma métodos y teorías que no responden a su realidad social, política y cultural, más bien, asume un historicismo ajeno, en un intento por encajar en lo que esta establecido como verdadero. Debido a esto, la sociedad adoptó una psicología tradicional bajo la que vive esclavizada y la cual determina que las problemáticas son individuales, nada tienen que ver con problemas comunitarios, tales como la violencia, la pobreza o la desigualdad. Dicha desconexión con la realidad social se puede ejemplificar claramente con la situación de Colombia, país en cual, la psicología ignoró la violencia política y el conflicto armado, lo que terminó por desencadenar un profundo trauma colectivo que afectó a la salud mental de la población en general. A pesar de eso, el autor no da a la psicología como perdida, todo depende de que la sociedad se libere de la misma y establezca una nueva que reconozca la interacción entre distintas áreas del conocimiento y la realidad social, que priorice el bienestar de las personas y que construya un entorno social justo basado en los derechos humanos (Barrero Cuellar, 2017).

Para explicar de manera más detallada como la psicología tradicional excluye la dimensión social al momento de analizar conflictos individuales, se tomará como ejemplo Colombia, que es el contexto desde el cual el autor desarrolla su obra. Originalmente, la psicología en Colombia, como en muchos otros países, se ha visto influenciada por modelos extranjeros, lo que llevó a los investigadores ha enfocarse en temáticas que no responden a las necesidades locales, como lo es la violencia, la corrupción o la inseguridad, lo cual ha traído consigo una limitación al desarrollo de la disciplina y al mismo tiempo, que las personas no puedan aprovechar del impacto positivo que esta pueda tener en sus vidas. Por otro lado, si bien existen diversos grupos de investigación psicológica colombiana, la mayoría se encuentran en asincronía con las problemáticas apremiantes de su propia región, pues, a parte de que utilizan un modelo psicológico importado, no reciben un apoyo financiero gubernamental para poder llevar a cabo diversas investigaciones. Sin mencionar su metodología, la cual se centra en la cantidad de investigación producida y no en la calidad, el impacto o la relevancia de los temas investigados. En razón a esto, es necesario que instituciones de investigación y profesionales orientados a este campo, reconsideren si los temas que están investigando y la forma en la que están investigando, pueda resultar en un giro a la dinámica social (Barrero Cuellar, 2017).

Expandiendo un poco las fronteras geográficas, es momento de destacar la importancia de que, a nivel general, la psicología latinoamericana, asuma responsabilidades en favor del bienestar social y la justicia, al momento de intervenir en conflictos sociales. Desde una mirada más profunda, la psicología de América Latina debe comprometerse con: el bienestar colectivo, trabajando desde enfoques que reconozcan y honren la diversidad cultural; la autonomía de los pueblos, respetando a las diferentes culturas, a los territorios y sus formas de vivir o estar bien; la independencia de paradigmas extranjeros, cuestionando teorías y praxis impuestas, sin considerar comunidades indígenas o dinámicas sociales; la inclusión social, considerando grupos históricamente marginados por su forma de ser, estar y convivir con los demás; la praxis de la teoría, estableciendo una conexión entre la teoría y la práctica, con acciones que conduzcan a la transformación social; la investigación interdisciplinaria, asumiendo un enfoque integrador entre contextos socioculturales y fenómenos psicológicos; las voces y los saberes comunitarios, escuchando las opiniones locales para construir un nuevo conocimiento psicológico. De esta manera, es a partir de dichos compromisos, que se podrá establecer un nuevo paradigma psicológico ajustado al ser, a su autonomía, dignidad y realidad (Barrero Cuellar, 2017).

Para poder establecer una nueva psicología, que aborde las condiciones sociales de una comunidad, es imperioso partir de una modificación en la formación académica de los psicólogos latinoamericanos. Como se ha expuesto previamente en varios momentos, los psicólogos de este lado de la región se han manejado bajo paradigmas foráneos, por lo que es necesario, se replanteen su formación y la alineen con una ética comprometida con la comunidad. Para esto, la nueva formación del profesional debe responder a una serie de condiciones esenciales: Primero, debe ser crítica y reflexiva, de modo que el psicólogo no asuma verdades, teorías o praxis establecidas; segundo, el conocimiento debe estar vinculado con la práctica, pues sino se convierte en simple palabrería; tercero, estar anclada a la dinámica local, tomando en cuentan elementos culturales, sociales y económicos; cuarto, contar con un código ético que comprometa a los psicólogos como promotores de los derechos humanos y el bien común; y quinto, cimentarse a partir de experiencias, creencias y problemas propio del pueblo (Barrero Cuellar, 2017).

En última instancia, es importante señalar que existen diversas dificultades para realizar los cambios en la formación de los psicólogos que se mencionó a priori. Dichas complicaciones, se resumen en el nivel de radicación de la psicología tradicional y la falta de recursos, considerando que la mayoría de países latinoamericanos se encuentran en una constante crisis económica. A pesar de eso, el autor propone que la modificación educativa, puede partir de programas comunitarios pequeños o de la concientización del panorama social en que vive cada individuo, los cuales sirven como un primer paso para que la nueva psicología acoja un papel significativo en la dinámica latina (Barrero Cuellar, 2017).

Para concluir, América Latina vive bajo una psicología moldeada por influencias extranjeras, que no le pertenece y que ignora el panorama social. Dicho desconocimiento ha contribuido a una visión reduccionista de los problemas humanos, la cual pone a un lado factores externos. Sin embargo, el autor no ve la situación del todo perdida si, los profesionales de este campo logran emanciparse de esta corriente tradicional y crean una que tenga como objetivo la transformación social, sin importar lo difícil que sea o los obstáculos que se interpongan.

Referencias

Barrero Cuellar, E. (2017). La psicología como engaño. Ediciones Cátedra Libre.

 

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Candidato 1: Juan Antonio Peña Aguirre Cargo actual: Decano de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales, Universidad de...