Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo
Yanis Varoufakis, famoso economista y exministro de finanzas griego, propone que el capitalismo que hoy en día conocemos
está siendo reemplazado por un nuevo sistema
económico denominado tecnofeudalismo. Para
Varoufakis, las más grandes compañías tecnológicas del mundo (GAFA) como lo son Alphabet,
Amazon, META, Apple y Microsoft, han establecido
un nuevo modelo de mercado, en el cual ya no
compiten como las empresas tradicionales, vendiendo servicios o productos. En
lugar de eso, ganan dinero controlando sus plataformas, cobrando una cierta
cantidad de dinero para acceder a ellas o usarlas, y monopolizando información
personal del usuario, influenciando en sus decisiones de consumo mediante
publicidad digital dirigida. A continuación, se presentarán los principales
argumentos de esta obra y se reflexionará sobre la misma considerando el
contexto actual de la economía mundial.
El autor del libro sostiene que el capitalismo clásico se encuentra
segmentado en 3 ideas principales: la propiedad privada, la competencia en el
mercado y la acumulación de capital. No obstante, dichas ideas actualmente han
evolucionado a una modalidad de tipo feudalista que, de economía de mercado.
Así como hace miles de años, los señores feudales eran los dueños de las
tierras y los siervos trabajaban en ellas, pero el beneficio principal de su
producción se la quedaban los señores. Asimismo, sucede en la actualidad, donde
los gigantes de la tecnología son los señores digitales de muchísimas
plataformas y los usuarios son siervos digitales que, si bien trabajan ellas y
ganan dinero, son los señores digitales los que se llevan la mejor parte de ese
esfuerzo
El alma del tecnofeudalismo radica en el modelo de negocio, estructurado,
pero con algunas variaciones, el cual se evidencia en las GAFA. Partiendo de
Amazon, esta plataforma no opera como una empresa que fabrica y vende
productos, sino, como una que se encarga de crear y controlar un espacio en el
cual diferentes compañías productoras puedan vender sus productos, a cambio de
comisiones e información de los consumidores. Igualmente, Google y Alphabet, venden
la atención de sus usuarios a empresas que pagan para que sus anuncios les aparezcan
a estos. Y en la misma línea, Apple y Microsoft, mantienen ecosistemas
digitales cerrados, donde desarrolladores y usuarios deben pagar para acceder a
ellos o usarlos. En definitiva, estas corporaciones no participan en el
mercado, sino que son el mercado, por lo mismo, los tecnofeudalistas del
momento no necesitan que los trabajadores o consumidores sean ricos para que
ellos sean ricos, pues su dinero no proviene de la producción, sino de las
ganancias por el control del mercado, al cual solo acceden los que tienen, por
lo que es relativamente imposible que ellos pierdan dinero
Un componente crucial del tecnofeudalismo es la economía de vigilancia,
concepto popularizado por Shoshana Zuboff. Dicha noción, explica que los datos
personales, son en la era actual, la materia prima de las empresas tecnológicas
para conocer principalmente las preferencias de los usuarios, información la
cual toman si ningún consentimiento consciente de los sujetos. Esto lleva a plantear
la idea de que tal dinámica, resulta en un abuso a la privacidad y autonomía de
las personas, además de establecer una relación asimétrica de poder, en la cual
la integridad se ve vulnerada por unos cuantos algoritmos que utilizan las
grandes compañías para manipular el comportamiento humano
Otro argumento esencial planteado en el libro es el rol significativo
que juega el estado en esta nueva forma de mercado. En comparación con el capitalismo
tradicional competitivo, en donde el Estado se mantiene en una posición
neutral, es decir, establece reglas justas y no favorece a ninguna empresa en particular,
en el tecnofeudalismo, las grandes empresas tecnológicas necesitan del apoyo
del Estado para poder funcionar, el cual les proporciona discretamente subsidios,
exenciones fiscales y flexibilidad con respecto a leyes antimonopolio. Incluso,
es bastante común que, independientemente de la ideología, el Estado rescate a
grandes bancos o empresas tecnológicas en situaciones de crisis
Ahora, si bien el término feudalismo utilizado a lo largo de todo el
ensayo es en cierta medida vigoroso, pues históricamente, el feudalismo
original se centraba en una jerarquía en la cual estaba prohibida la movilidad
social, pues los siervos iban a ser pobres toda su vida y, por el contrario,
los señores, ricos toda su vida, en el tecnofeudalismo, está permitida cierta
movilidad, en la cual persona de bajos recursos a partir del esfuerzo y el éxito,
puede llegar a ser millonario. Sin embargo, Varoufakis, insiste que, aunque el
feudalismo actual no es parecido en muchos aspectos al original, en esencia son
prácticamente iguales, pues las empresas son las que controlan el entorno
digital y son las personas que dependen de ellas para producir, pues no tienen
ningún poder sobre estas
Finalmente, el autor también propone soluciones frente a este
tecnofeudalismo. La primera es implementar impuestos a las GAFA por el uso y
extracción de datos personales para sus monopolios digitales. Segundo, crear
plataformas digitales públicas que estén controladas por los propios usuarios y
no empresas privadas. Tercero, promover comunitariamente el uso de plataformas
que funcionan sin ganancias y se sostienen por las contribuciones sociales, tal
como Wikipedia. Cuarto, colaborar conjuntamente trabajadores, consumidores y
gobiernos, para establecer reglas que regulen el uso de la tecnología
En conclusión, el tecnofeudalismo es una nueva modalidad del sistema
monetario, el cual ha logrado acumular poder y riqueza, a través del control de
datos personales y plataformas digitales. Varoufakis, manifiesta que la
sociedad actual se encuentra frente a un mundo digital indeseable al cual se lo
puede enfrentar mediante la implementación de impuestos, plataformas públicas,
alianzas internacionales y modelos cooperativos. A pesar de que el concepto
puede ser un tanto controversial, lamentablemente es una realidad que se encuentra
en evolución y depende de la ciudadanía confrontar a esta nueva era de dominio
digital.
Referencias
Varoufakis, Y. (2024). Tecnofeudalismo:
El sigiloso sucesor del capitalismo. Deusto.