InjerenCIA: La invasión silenciosa
Estados Unidos desde el inicio de la
historia, ha sido una nación representada por gobiernos que buscan el beneficio
propio de la misma. A lo largo de esta crónica ha presentado ciertos indicios
de querer tomar el control, pero no fue hasta mediados del siglo XX, con el
inicio de la Guerra Fría, que EUA decidió hacer evidente su necesidad de dominar
por completo el mundo, cueste lo que cueste y sin importar a quién le cueste.
Con el inicio del proceso de
descolonización europea en América, alrededor del siglo XVII, la dinámica de
control del continente pasaría a manos de un país aún más perverso. En 1823, Estados
Unidos asume el cuidado de todo el continente americano, argumentando que, al
ser una nación fuerte pueden asegurar la protección de los otros países que ya
bastante afectados se habían visto por el dominio europeo. Sin embargo, no es
un secreto que las verdaderas razones de dicho ofrecimiento respondían a
intereses propios, como la expansión territorial y la explotación de recursos,
algo que con el tiempo se haría bastante evidente
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial,
comenzó un nuevo enfrentamiento ideológico entre Estados Unidos y la URSS, el
cual traería graves consecuencias para América Latina. Como se mencionó, EUA
tenía bastante interés de las tierras latinoamericanas, por lo que el temor de
que dichos países se alineasen con la oposición, llevó a este a hacer uso de su
principal recurso: el poder. Con el poder, Estados Unidos buscaría que en
regiones latinoamericanas se eliminaran grupos de izquierda que podrían suponer
una amenaza para el mantenimiento de la ideología capitalista y se
establecieran gobiernos de derecha, fáciles de manipular y que se encuentren
siempre de su lado (Palacios, 2008).
Estados Unidos ejercía el poder mediante el
miedo, al secuestrar, torturar y matar a personas de diversos grupos. Cuando
comenzó la época de dictaduras, muchos países como Chile, Nicaragua, Argentina,
etc., se vieron afectados por la desaparición forzada de miles de personas que
curiosamente eran anticapitalistas, guerrilleros o simplemente, no eran anticomunistas,
a manos de las fuerzas nacionales de sus respectivos países. Inicialmente, las
personas creyeron que las víctimas eran directamente asesinadas, sin embargo,
luego se divulgaría que estas realmente eran secuestradas y torturadas durante
varios días, con el objetivo de que revelaran información, admitieran una verdad
o según varios retorcidos mentales, por diversión. Es importante mencionar que
el proceso de tortura se hacía en base un manual, el cual relataba diversas
formas de tortura que incluían heces, orina, choques, golpes, latigazos, etc.,
todo con la idea de que los que escapen, afuera atizaran el miedo del resto de
la sociedad (Palacios, 2008).
Sin embargo, no todos los países salieron
con sus ciudadanos abatidos, pues Cuba fue el único que logró mantener su
ideología firme a pesar de muchas otras consecuencias que esto le trajo,
gracias a sus agrupaciones revolucionarias. Con Fidel Castro al frente de lo
grupos guerrilleros y el apoyo de la URSS, Estados Unidos decidió combatir a
Fidel haciendo uso de todos sus medios posibles, no obstante, la fuerza y el
apoyo cubano llevó a que EUA pierda muchas batallas y por lo tanto presentar su
respectiva retirada, no sin antes imponer una restricción comercial que
afectaría en un futuro al bienestar social, económico y político cubano (Palacios,
2008).
Un punto importante de mencionar en medio
de este ensayo es la situación de constante preocupación en la que vivían los
norteamericanos según sus gobiernos. Desde los 50, todos los presidentes de
turno de EUA ponían en alerta a sus ciudadanos, pues según ellos, el comunismo
era una ideología que ponía en peligro el bienestar de ellos y de los países hermanos,
por lo que sería necesario luchar contra lo que sea y con todo para evitar que
la historia de sufrimiento llevada a cabo por los europeos no se volviese a
repetir (Palacios, 2008).
Con el final de la Guerra fría en 1989, la
sociedad creía que la paz por fin había llegado, ya que sin una ideología que
desafiara al capitalismo, no parecía haber motivo para nuevos conflictos, sin
embargo, una nueva lucha por el control comercial estaba por comenzar y
perdurar hasta el día de hoy. La primera evidencia que hubo de esto fue la
situación que tuvo el presidente del momento con Panamá. En término sencillos,
EUA tenía interés por el canal de Panamá al ser una vía de comercio
internacional importante y como el gobierno se negaba a firmar un tratado con
ellos, EUA decidió atacar directamente a Panamá con la excusa de que liberaran
a los panameños de un régimen autoritario, lo cual los llevó a derrocar al
presidente y a poner al país en situación de soberanía limitada, lo que prohíbe
la existencia de la fuerza armada propia y como no habían quien cuide el canal
de Panamá, EUA se ofreció a cuidar el canal, logrando imponerse nuevamente, y
de manera sutil, sobre un país en vías de desarrollo. Una situación, similar pasó
con Venezuela, aunque fue el país mismo que se encontraba desestabilizado por
los ajustes económicos del nuevo gobierno, a EUA le preocupó mucho la
inestabilidad social y la posible entrada de un nuevo gobierno, en caso de que se
lleve a cabo un golpe de estado, con el cual se tendrían que realizar nuevas
negociaciones por el petróleo (Palacios, 2008).
En conclusión, Estados Unidos ha sido un
país que ha buscado crecer a expensas del sufrimiento y la explotación de otras
naciones. Por debajo de su solidaridad para con los demás países, se
encontraban intereses ocultos, como la expansión territorial, el mantenimiento
de la ideología capitalista y el , que se pudieron llevar a cabo gracias a la
coerción social ejercida mediante las matanzas, los secuestros y las torturas.
Si bien con el final de la guerra fría, algunos países volvieron a cierto estado
de paz, EUA aún mantiene el control de las regiones latinoamericanas, pero por
las sombras, aunque a veces también haciendo ‘’obras de caridad’’.
Referencias
Casanueva, R. (2007). La
Doctrina Monroe: Su Significado y Aplicación Durante el Siglo XIX.
Palacios, Á. (Guionista). (2008). Desaparecidos en América Latina.
[Docuserie]. Panafilms, Telesur, La Villa del Cine.