lunes, 26 de mayo de 2025

Juan Salvador Gaviota

 Juan Salvador Gaviota

Juan Salvador Gaviota, es una historia escrita por Richard Bach, la cual relata el profundo deseo de un ave por aprender a volar perfectamente o, entre líneas, el engorroso camino de autoexploración por el que tiene que transitar una persona para alcanzar la libertad y la trascendencia personal. Desde las primeras páginas, se presenta a Juan como un ser decidido a ir en contra del sistema y mientras que el resto de gaviotas se conforman con el más mínimo estilo de vida, él se lanza a entender el verdadero significado de volar. En su camino, se enfrentará a muchas situaciones de rechazo, soledad, superación y finalmente, enseñanza, como veremos a continuación en este interesante viaje de autodescubrimiento y evolución.

Desde el inicio, se muestra a Juan como un personaje diferente a los demás, mientras él está centrado en perfeccionar sus técnicas de vuelo, las otras gaviotas se conforman con volar para poder sobrevivir y buscar comida. Si bien Juan dedica su tiempo a optimizar su vuelo, no lo hace solo por la velocidad, sino por ese sentimiento de libertad que genera en el esta práctica tan bella y armoniosa. No obstante, esta actividad no significó solo cosas positivas para el protagonista, sino también sentimientos de rechazo por parte de su propia bandada, la cual lo llega a expulsar por ser irresponsable y desafiar el estilo de vida tradicional de una gaviota. A pesar de la tristeza que genera este exilio impuesto por el consejo de gaviotas en el protagonista, se sabe que lo que hacía no era un simple acto de rebeldía, sino una búsqueda de su libertad por un anhelo de trascender aun cuando todo el mundo se le echa encima (Bach, 1970).

Tras el destierro, Juan asciende a un plano superior o como él le llama ‘’cielo’’, donde conoce a gaviotas con las cuales comparte su pasión por el vuelo y se olvida durante un largo tiempo de la tierra a la que un día perteneció. En su estancia, en el cielo, Juan entrena sus habilidades al máximo y conoce a anciano Chiang, una viva representación de sabiduría y la experticia, quien lo ayuda a comprender que para lograr un vuelo perfecto es necesario superar esos límites que realmente son impuestos por uno mismo, sugiriendo que alcanzar la libertad absoluta depende de liberarse de creencias auto designadas. Además, se relaciona con Rafael, otra gaviota, la cual le revela a Juan que, para llegar a ese lugar, las gaviotas deben vivir más de diez mil vidas y que es increíble que él en su primera vida lo haya logrado. Estas situaciones revelan que el desarrollo personal de un ser humano es imposible que se de en la soledad, no importa que existan muchas barreras humanas, siempre necesitaremos y encontraremos mentores, compañeros o modelos que nos inspiren, así como a Juan. De igual modo se expresa la imperatividad de dejar atrás esta glorificación por el individualismo, en el que las personas consideran que todo pueden solas, y empiecen a aceptar el colectivismo (Bach, 1970).

Cuando Juan aprende a volar tan rápido como un día lo soñó, comienza a surgir en él un deseo por volver a la tierra y compartir su nuevo conocimiento. Sin importar que en algún momento esas mismas personas lo marginaron y que muchos de sus nuevos compañeros le decían que ellos nunca van a entender la libertad como él lo hace, decide volver a la tierra donde conoce a Pablo, una gaviota con su misma historia. Junto a Juan, Pablo entrena sus habilidades y con el paso del tiempo nuevas gaviotas se unen a él, a las cuales orienta y asume un rol de mentor. Finalmente, llega el punto en el que Juan decide que es momento de volver con su bandada, pese a las advertencias de sus estudiantes, quienes igualmente deciden acompañarlo. Dicho regreso espectacular, genera inicialmente confusión y hostilidad, que posterior se transforma en una admiración y deseo por aprender a pesar de todas las limitaciones. Este fragmento, desvela la actitud altruista de Juan, que lo distingue de los lideres tradicionales, ofreciendo herramientas a sus discípulos para que descubran su potencial y no se mantengan de por vida dependiendo y siendo esclavos de alguna entidad (Bach, 1970).

En síntesis, la travesía de Juan Salvador Gaviota, es un viaje de autodescubrimiento que invita a mirar más allá de los límites autoimpuestos y las normas sociales que nos restringen de explotar nuestros potenciales. Todo lo que vivió, su exilio, el apoyo por parte de sus mentores/compañeros y su retorno a la comunidad, reflejan que el crecimiento personal, no se alcanza manteniéndose en la zona de confort o de manera aislada, sino, asumiendo desafíos dolorosos, siendo fiel a nuestras aspiraciones y pensando siempre en los otros, independientemente de sus comportamientos. Juan no solo perfeccionó su vuelo, a parte, aprendió a enseñar, a compartir sus conocimientos y a guiar sin dominar, todo con el objetivo de que cada individuo descubra su propio camino. Así, esta historia, nos recuerda que la libertad cobra sentido cuando se comparte y la trascendencia, derrumbando creencias.

Referencias

Bach, R. (1970). Juan Salvador Gaviota. Macmillan Publishers.

 

 

 

domingo, 25 de mayo de 2025

Una Epistemología del Sur: La reinvención del conocimiento y la emancipación social

 Una Epistemología del Sur: La reinvención del conocimiento y la emancipación social

Santos, a través de su obra ‘’Epistemología del Sur’’, cuestiona como el conocimiento se ha edificado sobre pilares occidentales y ha dejado de lado otros saberes o formas de vida que surgen de procesos únicos históricos de cada comunidad. En este contexto, el siguiente análisis se centra en como los mitos de la ciencia moderna han resultado en consecuencias a nivel global, así como también, las alternativas que propone el autor para resistir, reconstruir y revalorar el conocimiento plural y contextual.

La ciencia moderna se sustenta en un único sistema de conocimiento impuesto globalmente a través de la represión neocolonialista y que según Santos se construyó sobre tres mitos dañinos. El primero es la neutralidad, que realmente es una ilusión, pues ninguna investigación o conocimiento se desarrolla libre de intereses políticos, económicos o culturales, en general, fuera del poder. El siguiente es la universalidad, la cual asume que todas las verdades descubiertas son válidas en cualquier contexto, sin tomar en cuenta que la verdad, en realidad, es situada y se produce a partir de una experiencia particular en espacio y tiempo. Por último, la superioridad, que, desde la ilustración, la ciencia despreció a cualquier práctica no científica, que sirvió para deslegitimizar conocimientos de muchas minorías (Santos, 2009).

Tal circunstancia, desató actualmente, lo que Santos denomina ‘’monocultura del saber’’, un legado colonial que ha perpetuado jerarquías epistémicas, logrando que saberes no eurocéntricos sean considerados primitivos o precientíficos. Un ejemplo claro de dicha situación son los saberes indígenas o africanos, señalados como ‘’creencias’’ y los occidentales como ‘’objetivos/neutrales’’ (Santos, 2009).

Como resultado de esta situación surge algo conocido como epistemicidio, que el autor describe como una eliminación sistemática de conocimientos, saberes y formas que no se ajustan al modelo dominante occidental, así como el genocidio destruye comunidades, el epistemicidio destruye culturas. Las repercusiones de dicha práctica resultan en consecuencias culturales, como la pérdida de identidad colectiva, la destrucción de la memoria histórica y la colonización del pensamiento; políticas, el debilitamiento de luchas sociales o la reproducción del colonialismo; educativas, la falta de creatividad epistémica; y económicas, la dependencia tecnológica/científica para validar los saberes, el monopolio del conocimiento tradicional o la reducción de la diversidad económica (Santos, 2009).

Pese a la situación crítica que atraviesan los pueblos tradicionales, Santos propone dos herramientas metodológicas para combatir a este epistemicidio. La primera es la sociología de las ausencias, la cual busca identificar saberes y prácticas invisibilizadas por el canon occidental, como ejemplo de esto, está el concepto de comercialización informal, que en realidad oculta una práctica anticapitalista realizada por gente pobre. La segunda es la sociología de las emergencias, la cual pretende identificar prácticas que construyan nuevas formas de vida, diferente y mejores. Juntas intentan demostrar que el futuro de muchas comunidades no tiene por qué estar determinado por actividades capitalistas (Santos, 2009).

Asimismo, para enfrentar esta monocultura, Santos propone una ‘’ecología de saberes’’, lo cual implica que distintas formas de conocimiento coexistan de manera horizontal y reconozcan su interdependencia práctica, con la condición de que todas demuestren ser útiles y brinden contribuciones críticas. Algunos casos concretos de la aplicación de esta práctica son: En Ecuador, donde se incorporó el Sumak Kawsay (Buen vivir) en la Constitución, la consideración de la agroecología campesina sobre la industrial para preservar la biodiversidad, la implementación en la formación profesional de cátedras basadas en la ciencia y la ancestralidad (Santos, 2009).

Con todo, muchos críticos argumentan que este pluralismo epistémico planteado por el autor, debilita proyectos universales de emancipación que realmente pueden estar promoviendo la vida pero que, por estas ideas de reconocimiento de saberes ancestrales, terminen siendo despreciados. A esto Santos responde y reitera que cualquier conocimiento es válido si se construye desde las luchas locales y consigue consensos de temas controvertidos dentro de una comunidad (Santos, 2009).

En conclusión, la crítica de Santos hacia la ciencia moderna no trata de rechazar el conocimiento científico, sino descolonizarlo, que esté dispuesto a coexistir con otras formas de saber que al final del día puedan resultar en consecuencias positivas dentro de un grupo. El epistemicidio, ha producido efectos devastadores a nivel cultural, económico, educativo y político, que Santos propone enfrentar mediante las sociologías y la ecología de los saberes, que juntos plantean un nuevo mundo en el que múltiples conocimientos convivan y fomenten una vida más sustentable, diversa, justa.

Referencias

Santos, B. (2009). Una epistemología del sur: La reinvención del conocimiento y la emancipación social. CLACSO.

 

viernes, 23 de mayo de 2025

Necropolítica

 Necropolítica

Mbembe es un famoso filósofo y teórico político que ha contribuido significativamente a debates sobre el poder o la violencia a través de su concepto de necropolítica. En su ensayo ‘’Necropolítica’’, él analiza que las nuevas formas de gobierno no solo gestionan la vida si no también la muerte. A continuación, se expondrá la dinámica de dicha herramienta teórica para comprender la actividad social.

Foucault en su obra ‘’La historia de la sexualidad’’ introduce el concepto de biopolítica, la cual describe la forma en la que el poder estatal regula la vida de las personas a través del control de mecanismos sociales como el control de natalidad o la gestión de salud pública. No obstante, Mbembe menciona que dicha concepción es insuficiente para explicar la realidad social de grupos poscoloniales que viven subyugados al Estado, donde el poder no solo regula el estilo de vida de las personas, sino que las destruye, aniquila y produce muerte (Mbembe, 2006).

Es aquí donde se origina el concepto de necropolítica, la capacidad que tiene el Estado de elegir que personas son importantes y quiénes son desechables, prescindibles. Algunos ejemplos dentro de esta lógica son la esclavitud o el colonialismo, situaciones en las que las vidas de muchas personas se sometían a una existencia precaria que se sostenía entre la vida y la muerte, especialmente marcada por la deshumanización, exclusión y violencia (Mbembe, 2006).

El dominio necropolítico, el Estado lo ejerce en espacios de muerte, mejor conocidos como territorios en los que la violencia y el incumplimiento de las leyes están normalizados. Entre estos escenarios en los que la vida humana pierde valor se encuentran las plantaciones esclavistas o campos de concentración, donde los cuerpos son reducidos a mercancías o desechos. También los guetos y las fronteras, donde los migrantes y minorías son sometidos a un régimen de violencia estructural. Asimismo, las zonas de guerra o territorios destruidos a través de diferentes tecnologías, como drones o bombardeos a distancia. El ejemplo más claro de esta soberanía podría ser la situación de Palestina, en la que el Estado de Israel ejerce control necropolítico, manejando la vida de los palestinos en diferentes áreas, convirtiendo a Gaza en un campo de destrucción y muerte (Mbembe, 2006).

Un punto importante a mencionar en el abordaje de la necropolítica es su estrecha relación con el neoliberalismo, la cual también produce una forma de muerte en vida. En este contexto, las poblaciones marginadas, como migrantes, pobres o racializados, sufren una exclusión económica y social, al ser abandonados y negándoles el acceso a diferentes servicios que como seres humanos tienen derecho. Una prueba de esto es la situación del COVID-19, en la que los miembros de las élites gozaban de cuidados y protección, mientras que los trabajadores fundamentales para el manejo y control de virus, se encontraban en el campo, exponiéndose al virus y desde la lógica necropolitica, siendo objetos desechables que probablemente morirán (Mbembe, 2006).

En síntesis, Mbembe expone a la necropolítica como una de las tantas herramientas de las que el Estado hace uso para dominar la sociedad, especialmente la estrategia del uso de la muerte. Al poner en evidencia dicha práctica, es fácil determinar como el Estado viola el ejercicio de la democracia y los derechos humanos prometidos en discursos políticos por proteger a las élites. Dichas ideas invitan que la sociedad reflexione sobre la estructura política en la que vive y preguntarse si la misma se sustenta en dinámicas de violencia, a las cuales haya que enfrenta a través de una política distinta, donde absolutamente todos los cuerpos sean el punto de partida.

Referencias

Mbembe, A. (2006). Necropolítica. Melusina.

viernes, 9 de mayo de 2025

Ignacio Martín-Baró, la psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano de hoy

 Ignacio Martín-Baró, la psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano de hoy

Para Baró, la Psicología Latinoamericana se encuentra en una miseria debido a tres causas principales: La necesidad de ajustarse al paradigma científico, el uso de una epistemología inadecuada y el reduccionismo a una sola perspectiva de la realidad. Dicha situación a provocado que los profesionales se centren en la cuantificación de los problemas conductuales y no en el origen social de los mismos. Debido a esto Baró propone una serie de tareas y requisitos en los que la sociedad debe trabajar para reencontrarse con su identidad y liberarse de la esclavitud de la actual psicología, a través de su obra analizada por diferentes autores, de las que se hablarás a continuación.

Desde sus inicios, principales exponentes, han intentado consolidar la psicología como una disciplina científica más, al igual que la biología, química o geología. Para lograrlo, se adoptaron métodos científicos influenciados por EUA, lo cual desencadenó que esta se forme y estructure en torno al contexto estadounidense, dejando de lado otros entornos socioculturales donde priman los conflictos y las desigualdades. Dicho de otro modo, se rechazaron de alguna manera muchos aportes provenientes de otros autores diferentes de los norteamericanos, como por ejemplo, Paulo Freire. Esto significó en los latinoamericanos un profundo sentimiento de dependencia colonial y repetitivos esfuerzos por evitar la marginación científica (Herrera Farfán et al., 2021)

La psicología actual se encuentra constituida por principios como: el positivismo, que lleva al profesional a priorizar el cómo sobre el qué y el por qué, un método que poco sirve para conocer a profundidad problemáticas cotidianas llenas de variables. El ahistoricismo, la creencia de que todos compartimos una misma historia y contexto, por lo que las afamadas pruebas ‘’estandarizadas’’ no son realmente aptas para todos, considerando que muchos aspectos que se encuentran detrás de cada ser, se construyeron en base a sus crónicas vivenciales. El individualismo, que se centra en reforzar estructuras sociales a través de beneficios obtenidos para ciertos grupos, en vez del trabajo conjunto para un beneficio común. El hedonismo, creer que todos hacen las cosas con el objetivo de sentir placer y no por simple obligación o compromiso. Finalmente, la visión homeostática, considera que todo lo nuevo o diferente es malo, por lo que la lucha social no es algo que sea bien visto, pues solo genera conflicto en un entorno que para algunos era relativamente tranquilo (Herrera Farfán et al., 2021).

Al mismo tiempo, el método que actualmente utiliza la psicología no ha permitido que la misma tome en cuenta la realidad social. Debates como la psicología científica frente la del alma, la humanista frente la materialista o la reaccionaria frente la progresista, han determinado si el colectivo va a mantener un orden social o si buscará la constante evolución. Sin embargo, en la práctica, cada grupo adopta el modelo que considera más útil para consigo, lo cual ha causado que las que eligen enfoques distintos a las estandarizadas, sean marginadas y minimizadas por seguir una orientación psicológica diferente (Herrera Farfán et al., 2021).

En cualquier caso, la situación con la psicología en latinoamericana, cree Baró que aún es modificable a través de diferentes actividades y recursos fundamentados en principios sustanciales para el bienestar social. En primer lugar, destaca la importancia del mantenimiento de la fe cristiana, ya que esta puede ayudar a orientar la búsqueda del bien común, bajo una perspectiva espiritual, o en otras palabras, bajo el nombre de Dios. En segundo lugar, plantea el vivir de una manera coherente, conforme a valores éticos. Y en último lugar, promueve la búsqueda de la libertad a partir de la experiencia de los pobres, para la emancipación de la psicología de las ideas eurocentristas y el establecimiento de una nueva que parta de la realidad de los oprimidos (Herrera Farfán et al., 2021).

Con respecto a los elementos que propone Baró para la nueva psicología están orientados a replantear la teoría y práxis de los métodos que han sido adecuados por los latinos. Empezando, por un nuevo horizonte, en el cual los profesionales se despreocupen de si su método es o no tan científico en comparación con otros y se centre en encontrar soluciones para las necesidades de sus pueblos, atendiendo sus voces y demandas. Asimismo, aboga por una nueva epistemología, que surja desde la perspectiva de los oprimidos y una praxis renovada, en la que la sociedad reconozca lo que es, no es y debe ser, a través de la participación colectiva y el reconocimiento del poder popular (Herrera Farfán et al., 2021).

Finalmente, las tareas que se proponen para lograr todo el cometido mencionado anteriormente se pueden sintetizar en tres líneas de acción. Primero, la recuperación de la memoria histórica, rescatando elementos del pasado que en su momento movilizaron al pueblo y que, quizá, a día de hoy puedan ser útiles con algunas modificaciones. Segundo, la desideologización del sentido común, reconociendo que no todas las ideas que un día el neocolonialismo propuso son ciertas, que utilizaron medios para difundirlas y distorsionar la percepción de la realidad. Por último, potenciar las virtudes de los pueblos, dejando de lado la desvalorización de la identidad cultura y manteniendo la fe y esperanza en el cambio social (Herrera Farfán et al., 2021).

En definitiva, para Baró, la Psicología Latinoamericana se encuentra en una situación de penuria, producto de su dependencia a los modelos norteamericanos que no responden a la realidad de los pueblos. No obstante, Baró mantiene la esperanza de que el cambio es posible. Considera que si el pueblo empieza a trabajar en comunalidad y logra modificar la estructura de la psicología bajo la cual se encuentra esclavizada nacerá una nueva. Aunque las tareas que propone para lograrlo son complejas en gran medida, su ejecución dará lugar a una verdadera psicología liberadora, centra en los ruegos de su pueblo (Herrera Farfán et al., 2021).

Referencias

Herrera Farfán, N. A., Morales, H. A., Muñoz, M. A., Calderón Toledo, N., Gambina, J., Sanz Ferramola, R., . . . Saforcada, E. (2021). Ignacio Martín-Baró, la psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano de hoy. Nueva Editorial Universitaria.

martes, 6 de mayo de 2025

Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo

Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo

Yanis Varoufakis, famoso economista y exministro de finanzas griego, propone que el capitalismo que hoy en día conocemos está siendo reemplazado por un nuevo sistema económico denominado tecnofeudalismo. Para Varoufakis, las más grandes compañías tecnológicas del mundo (GAFA) como lo son Alphabet, Amazon, META, Apple y Microsoft, han establecido un nuevo modelo de mercado, en el cual ya no compiten como las empresas tradicionales, vendiendo servicios o productos. En lugar de eso, ganan dinero controlando sus plataformas, cobrando una cierta cantidad de dinero para acceder a ellas o usarlas, y monopolizando información personal del usuario, influenciando en sus decisiones de consumo mediante publicidad digital dirigida. A continuación, se presentarán los principales argumentos de esta obra y se reflexionará sobre la misma considerando el contexto actual de la economía mundial.

El autor del libro sostiene que el capitalismo clásico se encuentra segmentado en 3 ideas principales: la propiedad privada, la competencia en el mercado y la acumulación de capital. No obstante, dichas ideas actualmente han evolucionado a una modalidad de tipo feudalista que, de economía de mercado. Así como hace miles de años, los señores feudales eran los dueños de las tierras y los siervos trabajaban en ellas, pero el beneficio principal de su producción se la quedaban los señores. Asimismo, sucede en la actualidad, donde los gigantes de la tecnología son los señores digitales de muchísimas plataformas y los usuarios son siervos digitales que, si bien trabajan ellas y ganan dinero, son los señores digitales los que se llevan la mejor parte de ese esfuerzo (Varoufakis, 2024).

El alma del tecnofeudalismo radica en el modelo de negocio, estructurado, pero con algunas variaciones, el cual se evidencia en las GAFA. Partiendo de Amazon, esta plataforma no opera como una empresa que fabrica y vende productos, sino, como una que se encarga de crear y controlar un espacio en el cual diferentes compañías productoras puedan vender sus productos, a cambio de comisiones e información de los consumidores. Igualmente, Google y Alphabet, venden la atención de sus usuarios a empresas que pagan para que sus anuncios les aparezcan a estos. Y en la misma línea, Apple y Microsoft, mantienen ecosistemas digitales cerrados, donde desarrolladores y usuarios deben pagar para acceder a ellos o usarlos. En definitiva, estas corporaciones no participan en el mercado, sino que son el mercado, por lo mismo, los tecnofeudalistas del momento no necesitan que los trabajadores o consumidores sean ricos para que ellos sean ricos, pues su dinero no proviene de la producción, sino de las ganancias por el control del mercado, al cual solo acceden los que tienen, por lo que es relativamente imposible que ellos pierdan dinero (Varoufakis, 2024).

Un componente crucial del tecnofeudalismo es la economía de vigilancia, concepto popularizado por Shoshana Zuboff. Dicha noción, explica que los datos personales, son en la era actual, la materia prima de las empresas tecnológicas para conocer principalmente las preferencias de los usuarios, información la cual toman si ningún consentimiento consciente de los sujetos. Esto lleva a plantear la idea de que tal dinámica, resulta en un abuso a la privacidad y autonomía de las personas, además de establecer una relación asimétrica de poder, en la cual la integridad se ve vulnerada por unos cuantos algoritmos que utilizan las grandes compañías para manipular el comportamiento humano (Varoufakis, 2024)

Otro argumento esencial planteado en el libro es el rol significativo que juega el estado en esta nueva forma de mercado. En comparación con el capitalismo tradicional competitivo, en donde el Estado se mantiene en una posición neutral, es decir, establece reglas justas y no favorece a ninguna empresa en particular, en el tecnofeudalismo, las grandes empresas tecnológicas necesitan del apoyo del Estado para poder funcionar, el cual les proporciona discretamente subsidios, exenciones fiscales y flexibilidad con respecto a leyes antimonopolio. Incluso, es bastante común que, independientemente de la ideología, el Estado rescate a grandes bancos o empresas tecnológicas en situaciones de crisis (Varoufakis, 2024).

Ahora, si bien el término feudalismo utilizado a lo largo de todo el ensayo es en cierta medida vigoroso, pues históricamente, el feudalismo original se centraba en una jerarquía en la cual estaba prohibida la movilidad social, pues los siervos iban a ser pobres toda su vida y, por el contrario, los señores, ricos toda su vida, en el tecnofeudalismo, está permitida cierta movilidad, en la cual persona de bajos recursos a partir del esfuerzo y el éxito, puede llegar a ser millonario. Sin embargo, Varoufakis, insiste que, aunque el feudalismo actual no es parecido en muchos aspectos al original, en esencia son prácticamente iguales, pues las empresas son las que controlan el entorno digital y son las personas que dependen de ellas para producir, pues no tienen ningún poder sobre estas (Varoufakis, 2024).

Finalmente, el autor también propone soluciones frente a este tecnofeudalismo. La primera es implementar impuestos a las GAFA por el uso y extracción de datos personales para sus monopolios digitales. Segundo, crear plataformas digitales públicas que estén controladas por los propios usuarios y no empresas privadas. Tercero, promover comunitariamente el uso de plataformas que funcionan sin ganancias y se sostienen por las contribuciones sociales, tal como Wikipedia. Cuarto, colaborar conjuntamente trabajadores, consumidores y gobiernos, para establecer reglas que regulen el uso de la tecnología (Varoufakis, 2024).

En conclusión, el tecnofeudalismo es una nueva modalidad del sistema monetario, el cual ha logrado acumular poder y riqueza, a través del control de datos personales y plataformas digitales. Varoufakis, manifiesta que la sociedad actual se encuentra frente a un mundo digital indeseable al cual se lo puede enfrentar mediante la implementación de impuestos, plataformas públicas, alianzas internacionales y modelos cooperativos. A pesar de que el concepto puede ser un tanto controversial, lamentablemente es una realidad que se encuentra en evolución y depende de la ciudadanía confrontar a esta nueva era de dominio digital.

Referencias

Varoufakis, Y. (2024). Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo. Deusto.

Framing, Branding, Timing

Candidato 1: Juan Antonio Peña Aguirre Cargo actual: Decano de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales, Universidad de...